domingo, 9 de enero de 2011

Mandoia 9 de Enero 2011



Es una cima de 637mts de altitud y es la máxima altura del macizo que se alza entre los valles de Arratia y Zeberio. En la misma cadena montañosa destacan las cimas de Artanda, Upo, Gasteluzar y Apario. Las barrancadas dan cierta complejidad orográfica, cubierta en su mayor parte por variopintas plantaciones: Pino, Alerces, roble americano e incluso abedules, que han venido a sustituir a la vegetación postencial, bien representada por el diminuto hayedo que crece en el monte Upo o los bosquetes de encinas de la vertiente sur del monte Zeata, justo encima de los caserios de Ereño. Con mañana húmeda pero sin lluvia nos animamos a practicar nuestro deporte favorito, la BTT. Salimos sin prisa esperando a algún rezagado que siempre tarda en dicidirse a salir y al final formamos un buen grupo. Nos dirigimos a Lemoa por carretera y por el barrio de Telleria cruzamos el puente romano sobre el rio Arratia y el ferrocarril, para superar varios barriadas de caserios típicos de la zona y salir justo al cruce de las canteras de Apario. Pasamos junto al vertedero comarcal, por un camino en principio cementado y de fuerte pendiente subimos casi hasta el monte Apario que da nombre a las canteras. Seguimos la pista hacia el Mandoia, tras parar brevemente en la chabola de los pastores para saludarles y continuar subiendo para bordear la montaña hasta el monolito de Joserra. Por su parte trasera nos atrevemos algunos a subir a la cima, en donde debemos esperar a que suba una veintena de valientes mountainberos que venían desde Basauri, pues el sendero de bajada se limita a ir en fila india. Descendemos por una pista ancha y muy rápida hasta la ermita de Andramari y por camino asfaltado hasta el valle en el cruce de Ermitabarri de Zeberio. De frente y por el barrio de Gezala encaminamos las bicicletas por todo el barranco que comunica con la carretera de Bikotz gane. Aquí las piernas nos tiran un poco a los menos entrenados, por supuesto, pero seguimos subiendo un poco más aunque con sufrimiento, hacia el cruce de Upo en la pista de Pagomakurre. Al final sólo nos queda soltar freno y descender plácidamente hasta Villaro. Con la vista puesta hacia Igorre y Lemoa, contemplamos unos impresionates nubarrones, y se desata el pánico por llegar cuanto antes, rompiendose el pelotón hasta llegar al pueblo, tras superar los 50kms. Una pena la lluvia que nos castigó al final, pues por lo demás una etapa fuerte de BTT por los desniveles que se tienen que cubrir, pero para disfrutar con las zonas y paisajes por la que discurre la ruta.

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