lunes, 19 de abril de 2010

Sierra brava de Badaia 18.04.10



La sierra de Badaia, próxima a Vitoria, dibuja un complejo sistema geológico favorable a la formación de cavidades subterráneas. Destacan la sima de Santa Marina, de más de dos kilómetros de recorrido, y la cueva de Los Goros, de idéntica longitud.
La zona se asemeja por su forma a una gran nave cuya proa sería la cumbre de Ganalto y la popa, el monte Oteros. Ambas cimas son los extremos norte y sur de una gran meseta delimitada en todas sus vertientes por profundos cortados rocosos, salvo las suaves laderas boscosas de las vertientes sur y oeste.
Por una de esas laderas, desde la Torre medieval del pueblo de Mendoza iniciamos el recorrido de BTT entre pistas y senderos cubiertos en la parte baja por brezos y carrascal montano. En ascenso hacia la meseta, las piedras sueltas nos complican un poco el pedaleo y nos hacen sudar más de la cuenta.
Ya en la parte alta la vegetación abundante es el hayedo, encina y roble, y donde nos podemos encontrar además de caballos y vacas sueltas, buitres leonados, el ratonero, cornejas y con un poco de suerte algún jabalí o zorro.
La pista, bien marcada y con suave desnivel, nos conduce a la balsa Miñastu y poco después a la ermita de Santa Marina, punto de referencia para saber que no nos hemos perdido.
El tramo que va desde Santa Marina a la cumbre puede volverse especialmente delicado si hay niebla o nieve. Ante todo hay que evitar cualquier desviación que implique atravesar bosque cerrado o vegetación abundante. El camino, siempre ancho y con escasa pendiente, se aproxima a las lomas cimeras. Habrá que dejar la pista, prácticamente llana y que conduce al portillo Arnate, punto de ascenso desde los pueblos de Anda, Katadiano y Aperregi.
Una vez situados en las lomas cimeras se descubre un panorama excepcional, ya que abarca gran parte de Alava por encontrarse esta sierra en el centro de la provincia. La cruz de la cima, colocada en 1954 sobre un pedestal de cemento, ha conseguido con el tiempo que los montañeros la conozcan como la Cruz de Ganalto.
Bajando de la parte alta hacia el portillo, nos adentramos de nuevo en la sierra brava, donde damos buena cuenta de la dureza del camino por los continuos pellizcos que sufren las cámaras de las bicicletas.
A pesar de todo la bajada es impresionante y pocas veces disfrutamos tanto del terreno como en ésta sierra tan particular e ideal para la BTT.
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